domingo, 6 de octubre de 2013

Es un buen momento...

Llegó el momento, me prometí a mí misma no dejar la finca en la que estoy hasta que mi padre, que vivía en la planta inferior, falleciera. A mi pesar, llegó el momento.
Reformé el piso íntegramente en 2001, creyendo que era una buena inversión darle un aire actual y adaptar la vivienda a las comodidades y condiciones que el inmueble requería para una pareja con dos hijos. Hemos vivido muy bien aquí, aquellos que habéis querido disfrutar de mi hogar en mi compañía creo que compartiréis mi opinión, es un piso cómodo, amplio, con luz natural... pero ahora se rompió el vínculo emocional que me unía a la finca; es momento de marchar.
Muchos me preguntáis, a dónde? Pues, ciertamente, no lo sé, a algún lugar. 
Muchos me decís, es muy barato! Da igual, no es que no necesite más, pero ya lo pediré, ya nos espabilaremos. 
La gran mayoría, insistís en que no es un buen momento para vender. Cada uno hace su momento, éste es el mío y el de mi pareja.
Así que deseadme suerte, he decidido romper mi cordón umbilical y respirar nuevos aires.


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